MEDIDAS PARA EVITAR EL CONCURSO DE ACREEDORES
La crisis acontecida por el Covid-19 traerá una oleada de concursos de acreedores. El cierre de empresas durante varios meses ha provocado el derrumbe de la facturación del tejido empresarial. Esta situación provocará que aquellas empresas con menos capacidad financiera o que por su modelo de negocio se vean afectadas negativamente en la generación de ingresos. Es previsible que lleguen a una situación de insolvencia, provocando un derrumbe en sus obligaciones de pago.
Hay que tener en cuenta que el 95% de las empresas que entran en concurso terminan en liquidación, con los problemas consecuentes para los administradores de las empresas y sus acreedores.
Al final nos encontramos con una espiral de dificultades, los clientes no pagan, y las empresas no pueden pagar, es una cadena de suministro de bienes y servicios que se debilita cada vez que pasa un día sometido al cierre y a la no facturación.
Aun así, no cabe mas remedio que seguir despiertos a las oportunidades y a la búsqueda de soluciones que las empresas pueden adoptar para no llegar a un concurso, y en el caso de que sea imposible evitarlo, no llegar a una liquidación. Sobrevivir, debe ser la máxima ante esta situación.
Lo importantes es la velocidad, identificar acciones y actuar. Las decisiones tardías nos abocarán al desastre del concurso de acreedores.Por tanto, en el momento en que el flujo de caja se deteriore y no se pueda cumplir con el pago a proveedores hay que revisar las cuentas con detalle. De este analisis financiero, habrá que tomar medidas y aplicar los ajustes necesarios y razonables. Se trata de recortar con eficiencia, los datos financieros nos indicarán donde están los gastos superfluos para comenzar a cortar por ellos. También es probable que haya que recortar gastos de personal. Los números fríos pueden hacer creer que liquidar los contratos con sueldos más altos es la mejor manera de recortar gastos, pero si el objetivo principal es salvar la empresa, deben tomarse otros parámetros en consideración.Deben mantenerse los empleos que sean más útiles para la supervivencia de la empresa. Otro punto importante es una política de comunicación adecuada con todos los “stakeholders”. Hay que dar los mensajes adecuados a los proveedores, los bancos, empleados, inversores. Debe transmitir que sé está convencido de que la empresa es viable y lo suficientemente atractivo para preparar una negociación. Esta comunicación sirve para convencer a los bancos que refinanciando los plazos de sus deudas podrá pagarlos y también atraer a inversores para que inyecten capital.
Buscar nuevos socios, facilitando la entrada de capital nuevo en la compañía es otra vía a explorar. Abriendo la posibilidad de canjear las deudas por acciones de la empresa. Esta opción suele depender del tamaño de la empresa, orientada a fondos de inversión y grandes bancos. Dar entrada en el capital también puede ser una forma de implicar a la entidad financiera en el negocio y que tenga tanto interés como el empresario y sus accionistas en que la empresa sobreviva. Todo depende de las habilidades de negociación.
Y si todo lo anterior falla, No quedara mas remedio que usar el preconcurso de acreedores para una renegociación. Antes de solicitar concurso de acreedores o arriesgarse a que alguno de sus proveedores lo haga, es recomendable solicitar oficialmente un preconcurso. Es un proceso en el que intentará renegociar las condiciones de sus deudas sin la presión que implica tener la vigilancia del administrador concursal. Es obligatorio comunicar al juzgado que se ha iniciado el proceso. Así, se para toda posibilidad de que sus acreedores insten el concurso forzoso, ganando tiempo.
Una vez puesto en marcha el preconcurso, dispone sólo de cuatro meses de plazo para solucionar los problemas financieros. Si la negociación prospera sólo con algunos, los necesarios para sanear sus cuentas, podrá aplicar las decisiones a los demás. Pueden pactarse quitas o aplazamiento de pagos durante cinco años con el 60% de sus acreedores y todos los demás estarán obligados a aceptarlos. Si el aplazamiento sube a 10 años, tendrá que recabarse el consenso del 75%.
Este proceso demanda un asesoramiento completo para la empresa y sus socios, dentro del ámbito jurídico, comercial y financiero, no lo dude, busque asesoramiento profesional y evite el concurso de acreedores.