Actuaciones positivas en situaciones difíciles.
El objetivo principal de las empresas en la puesta en marcha de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), consiste esencialmente en minimizar los daños económicos, evitar el contagio del COVID 19 y sobre todo eludir un despido masivo de sus empleados.
El mensaje que las empresas deben dar a sus trabajadores debe ser claro, honesto y trasparente, pensando en el regreso del colectivo a sus puestos de trabajo.
Todos somos conscientes de la excepcionalidad de este nuevo paradigma, con un claro componente emocional, por ello una manera de gestionar esta situación por parte de las empresas pasa principalmente por la motivación de sus empleados, con el fin de que el rendimiento de su trabajo no se devalúe una vez finalice esta situación, y sobre todo con la finalidad de poder agarrar este nuevo escenario bajo un sentimiento de crecimiento y desarrollo.
No olvidemos, que estas medidas pretenden ser tan solo una herramienta “reversible” y “temporal” por parte de las empresas a sus trabajadores.
Esta forma de conducir la situación contribuye en cierta manera a generar un mensaje positivo a los trabajadores sobre su vuelta al trabajo, y permite a su vez la oxigenación de las empresas.
Dentro de este escenario, nos encontramos con lo reflejado en el artículo 5.1 del Real Decreto 694/2017, el cual indica que los trabajadores afectados por un ERTE podrán beneficiarse de formación programada por las empresas, de esta manera la empresa cuenta con otra herramienta motivacional para sus trabajadores.
La formación programada supondrá un coste cero para la empresa y será impartida on-line, lo que ayudará a sus empleados a mantenerse formados mientras reciben aprendizaje, reforzando con ello el mensaje positivo de que el ERTE es una situación transitoria y reversible.”
Ante este gran reto de recuperación y superación, empresarios y trabajadores nos vemos en la obligación de resurgir, de conectar nuevamente con una nueva realidad, porque aún no está todo perdido.
Es necesario conjurar la esperanza donde flaquea, haciendo común la valentía y resiliencia.